Normas para modernizar la gestión pública
Las normas UNE ofrecen soluciones a la gestión pública que van desde los modelos smart o modelos de excelencia y seguridad, hasta la gestión de riesgos o de los recursos y activos de la manera más eficiente.
La transformación digital está arrastrando a todas las empresas, sea cual sea su sector de actividad, y las gestión pública no podía ser menos. Basándose en los principios de seguridad, servicio y sostenibilidad, e impulsados por la Innovación y la Transformación Digital, la Administración pública también busca alinearse con la revolución de la Industria 4.0. Para responder al actual contexto de cambio permanente han encontrado en la normalización un importante apoyo.
La Administración está abordando procesos estratégicos de transformación y modernización, orientados a la eficacia y eficiencia, y dirigidos a la especialización y mejora continua de los servicios públicos, donde el ciudadano sea el centro del modelo de gestión.
La Asociación Española de Normalización, UNE, aporta a la Administración los estándares que le ayudan a evolucionar hacia un modelo de gestión eficaz y eficiente de todos sus recursos y activos, basados en la innovación y la mejora continua. En definitiva, se trata de aplicar las ventajas de las nuevas tecnologías para satisfacer las necesidades reales de los ciudadanos.
UNE pone a disposición de la gestión pública estándares que van desde los modelos smart, modelos de excelencia, de seguridad, de gestión del riesgo o de la gestión de los recursos y activos de la manera más eficiente. Son solo algunos de los ejemplos de las normas que guían a la Administración Pública hacia su modernización.
Normas para evaluar el buen gobierno municipal
Un ejemplo de este progreso en la gestión pública es la norma para la evaluación del buen gobierno municipal UNE 66182, cuyo objetivo es proporcionar a los ayuntamientos las herramientas necesarias para evaluar el desarrollo institucional para el buen gobierno, incluido en este los desarrollos sostenibles en los ámbitos económico, social y ambiental.
Se trata de dotar a los gobiernos municipales de una metodología asequible y práctica para fijar y ganar en confiabilidad, así como facilitar la integración de sus servicios en la perspectiva de ciudad inteligente. La norma fija un método de evaluación, que permite identificar debilidades y fortalezas, para obtener una visión global y poder así seguir avanzando.
Normas y ODS
Los estándares UNE facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que reflejan el consenso de todas las partes. En concreto, ayudan a conseguir el ODS 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico; el ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura y el ODS 11 sobre ciudades y comunidades sostenibles.
¿Qué es la iluminación inteligente?
La Asociación Española de Normalización, UNE, actúa a través de los estándares como guía para el sector eléctrico en su adaptación a la nueva economía e industria. Además, ayudan a las empresas a exportar: el 80% del comercio mundial está sujeto a ellas.
El alumbrado y la iluminación inteligente es una rama de lo que se conoce como Internet de las Cosas (IoT) y, por tanto, una herramienta más en la construcción de las ciudades inteligentes del futuro. Su finalidad está relacionada con la eficiencia energética, pero no solamente, sino que también trata de mejorar la iluminación de las ciudades para las personas, al mismo tiempo que disminuye el exceso de luz. Es lo que se conoce como Human Centric lighting (HCL), es decir, iluminación inteligente centrada en el ser humano.
Este es un punto clave de la evolución y digitalización del sector de la iluminación y, junto a él, está la normalización. La Asociación Española de Normalización, UNE, actúa a través de los estándares como guía para el sector eléctrico en su adaptación a la economía y la nueva industria 4.0. Todos los implicados se sientan en los Comités Técnicos de Normalización de UNE para sentar las bases del futuro. Así lo hacen, por ejemplo, en el CTN 178 Ciudades Inteligentes, en el que se trabajan en proyectos de futuros estándares como, por ejemplo, el PNE 178401 sobre alumbrado exterior de las Ciudades Inteligentes.
Y es que las normas ayudan a las organizaciones a superar con éxito los diferentes desafíos a los que se enfrentan. Los estándares recogen el consenso del mercado sobre las buenas prácticas en cuestiones clave para la competitividad de las empresas, siendo resultado de la labor conjunta de los sectores económicos y Administraciones públicas.
Normas UNE, garantía de calidad
Las ciudades están transformándose en Smart Cities y las empresas del sector eléctrico aprovechan las últimas tecnologías para seguir diseñando y fabricando soluciones de iluminación técnica, energéticamente eficientes, respetuosas con el medioambiente y preparadas para conectarse con todo tipo de redes de datos.
Un ejemplo de ello es Carandini, empresa española que se dedica a la fabricación de luminarias para alumbrado público, infraestructuras e industria. En su internacionalización, Carandini ha encontrado en las normas UNE unas fieles aliadas.
Pilar Vázquez, Directora Comercial de Carandini, explica cómo para diseñar su estrategia de exportación buscaron países en los que la normativa a aplicar fuese lo más similar posible a la que existe en España. “Para nosotros es una agradable sorpresa cuando nos presentamos a un concurso de iluminación inteligente en muchos países y vemos que, cuando se refieren a la normativa que tienen que cumplir las luminarias para poder presentarse a ese concurso, están hablando de normas UNE. Nos facilita muchísimo el entrar en el país y una posible venta. Realmente hablamos todos el mismo idioma, el idioma UNE. Y eso te hace sentirte en casa, aunque estés lejos”, asegura Vázquez.
De hecho, las normas son el lenguaje que hablan los mercados internacionales. El 80% del comercio mundial está sujeto a ellas, facilitando las exportaciones.
Estándares y ODS
Los estándares UNE facilitan a las organizaciones la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11 que pretende hacer a las ciudades y asentamientos humanos inclusivos, resilientes y sostenibles. La normalización es uno de los pilares estratégicos del Plan Nacional de Ciudades Inteligentes y el CTN 178 es un ejemplo de colaboración público-privada.
7.750 normas UNE impulsan la seguridad y calidad de los productos eléctricos
Las normas ayudan a los fabricantes y distribuidores de materiales y productos eléctricos a cumplir la legislación y garantizar la seguridad y calidad. Existen 7.750 normas en el sector eléctrico, la mayoría de las cuales contemplan aspectos de seguridad.
La seguridad y calidad son aspectos muy importantes para la comercialización del material eléctrico. Por eso, los fabricantes siempre han confiado en la normalización como la mejor herramienta para establecer unas reglas del juego comunes y cumplir con los altos niveles de seguridad eléctrica, funcional y rendimiento demandados por los clientes.
Esther Ondivela, de BSH Electrodomésticos España, explica cómo las normas les ayudan a que todos sepan que sus productos son seguros. “Para nosotros la seguridad de nuestros clientes es lo más importante, y gracias a la normalización sabemos las condiciones en las que nuestros electrodomésticos trabajan en los diferentes países del mundo. Sabemos que, cumpliendo la normativa internacional, ponemos en el mercado aparatos seguros en cualquier parte del mundo.”
Las normas técnicas y la legislación referida a los materiales eléctricos trabajan en paralelo para garantizar esa seguridad. La Asociación Española de Normalización, UNE, ha publicado 7.750 normas dirigidas a garantizar la seguridad y la aptitud para la función de los distintos productos del sector eléctrico.
“UNE aporta el tener un mismo criterio para valorar la seguridad y calidad de los productos, y eso es muy bueno para todos los sectores. Que UNE publique normas en las que nos podamos medir todos los competidores con el mismo rasero es importante”, explica Xavier Montfort, Responsable de Normalización del Grupo SIMON.
No solo se trata de asumir las normas ya establecidas, sino contribuir a la creación de nuevos estándares que respondan a los requisitos de seguridad del futuro de los productos y materiales eléctricos. Como explica Montfort, “formar parte del proceso de normalización nos permite poder incorporar novedades que queremos lanzar desde el punto de vista de I+D, que a lo mejor no están contempladas en la norma. Esto nos permite mejorar las normas para que contemplen estos nuevos requisitos. Seguir las normas lo que te permite es que todos nos podamos comparar desde el mismo punto de vista y que todos tengamos el mismo criterio para valorar si un producto es seguro o no es seguro y su calidad”.
Estándares y ODS
Los estándares UNE del sector eléctrico facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, ayudan a conseguir el ODS 7 sobre energía asequible y no contaminante y el ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura.
Estándares contra los ciberataques
La normalización ayuda a prevenir los ciberataques y a proteger las comunicaciones, trabajando aspectos que van desde la seguridad en la nube hasta la gestión de evidencias electrónicas, pasando por la privacidad IoT (Internet de las Cosas) o seguridad y privacidad para Big Data, entre otros.
Los ataques cibernéticos y la pérdida de datos están a la cabeza en la lista de riesgos que más preocupan a los principales ejecutivos de las empresas. Así se desprende del último informe Willis Towers Watson y Allen & Overy sobre responsabilidad de directivos y administradores. Este dato supone un cambio de tendencia ya que, hasta ahora, los asuntos regulatorios eran los que más quebraderos de cabeza daban a los directivos.
Los datos, la información, son ya hoy en día uno de los principales activos de una empresa y, por ese motivo, es donde radica la importancia de garantizar su confidencialidad, integridad y disponibilidad en un mundo conectado. Este es el reto al que se enfrentan las empresas y ahí es donde la normalización pone su grano de arena.
Tanto los organismos de normalización internacionales como los europeos han interiorizado esta necesidad, con la participación de la Asociación Española de Normalización, UNE, que aporta la visión española y contribuye a sentar las bases de cómo debe modelarse la estrategia de normalización para la transformación digital.
Esta participación se canaliza a través del Comité CTN 320 Ciberseguridad y protección de datos de UNE, en el que participan todas las partes interesadas en esta materia.
Se trata de crear un enfoque homogéneo a través de los estándares, que garanticen la calidad y seguridad de los sistemas digitales de las empresas.
Desde Enigmedia, empresa de desarrollo de soluciones tecnológicas para el cifrado de comunicaciones, lo explican con un caso particular. Identificaron la necesidad de proteger a los distintos equipos productivos como pueden ser robots en plantas de fabricación, para que no sufran ciberataques y crear así un producto que fuera completamente seguro. Es ahí donde consideran el papel fundamental que juegan la Asociación Española de Normalización, UNE, y la normalización, según Gerard Vidal, su Director Científico.
Lo definen como la garantía de cara a sus clientes de alrededor del mundo de que sus sistemas están siguiendo unas metodologías estandarizadas, lo que ayuda, además, a ser entendidas por todos. Es decir, gracias a la normalización cualquier persona de cualquier sector entiende que lo que les ofrecen es correcto y está bien.
Protección de datos personales
En la actualidad el concepto seguridad va en muchas ocasiones ligado al de privacidad. Big Data, IoT, Cloud Computing, gestión y administración electrónica… Todas son tecnologías que sitúan en el centro a la información y los datos. Cualquier proceso que implique recopilar, almacenar o usar información personal debe acatar legislaciones cada vez más estrictas, como es el caso del último Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea, en vigor desde el 25 de mayo de 2018. Pero el marco regulatorio está en proceso de continuo cambio y no es el mismo dependiendo de la región o país.
Ahí entran en juego los estándares, que proporcionan un marco robusto y fiable, basado en las mejores prácticas identificadas por los principales expertos de la industria y la tecnología de todo el mundo. Gracias a la aplicación de las normas, es posible recopilar, almacenar y procesar datos confidenciales en el contexto de diferentes requisitos normativos.
Una muestra más sobre cómo las normas técnicas ayudan a las organizaciones a superar con éxito sus grandes desafíos actuales.
Una ayuda para conseguir los ODS
Las normas UNE relacionadas con la digitalización facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que proporcionan un lenguaje común y criterios medibles, basados en el conocimiento, consenso y colaboración que requiere este reto global.
Así, los estándares de UNE ayudan a conseguir el ODS 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico, el ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura y el ODS 11 Ciudades y Comunidades Inteligentes, entre otros.
2.600 estándares UNE aportan confianza en el sector de las TIC
La normalización ayuda a que las organizaciones se enfrenten con éxito a los retos vinculados con la transformación digital de la empresa. Más de 2.600 estándares UNE que contribuyen a generar confianza en las organizaciones en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Nadie duda ya de que la revolución digital es un hecho. En ese contexto, las empresas están realizando grandes inversiones en tecnología para digitalizar sus negocios. Pero esto ocurre al mismo tiempo que crecen las amenazas inteligentes, que ya se han instalado como una preocupación más dentro de las organizaciones. Por este motivo, algunas empresas ven la transformación digital de la empresa como un sinónimo de inseguridad, falta de fiabilidad o incluso miedo.
Evitar todo eso es, precisamente, la labor de la Asociación Española de Normalización, UNE. Contratación y facturación electrónica, sistemas de identificación personal, Ciudades Inteligentes, Internet de las Cosas, Big data, alojamiento en la nube, automatización de procesos, Industria 4.0… La lista de usos de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación es ya interminable. Todos estos aspectos son muy recientes y se encuentran en pleno proceso de desarrollo. Es ahí donde entran en juego los estándares, para establecer un lenguaje común para todas las partes, para garantizar la seguridad de productos y servicios y, en definitiva, para aportar confianza en todo el proceso de transformación digital de la empresa entre todas las partes interesadas.
En conjunto, existen más de 2.600 estándares y otros documentos UNE que contribuyen a generar confianza en las organizaciones en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Por ejemplos, las Especificaciones UNE 0060 y UNE 0061, impulsadas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, establecen los requisitos para poder considerar una Industria Digital.
Casos de éxito
Eusebio Felguera, gerente de Políticas Públicas de Telefónica, habla de ese miedo de las empresas y de cómo afrontarlo gracias a la normalización: “lo que más nos preocupa es el tema de la digitalización y la confianza que se genera en los servicios digitales. El usuario medio de internet no es consciente, no conoce los peligros que existen dentro de internet y es responsabilidad de las empresas, de las Administraciones y por supuesto, de la utilización de los estándares, el intentar hacer que esos peligros no les afecten”, asegura.
En ese sentido, Felguera destaca la labor de UNE como fundamental: “creemos que el trabajo que está realizando UNE y en el que participamos activamente va a generar todas esas normas que van a ayudar a que las empresas pierdan el miedo, si es que lo tienen, o desde luego les va a facilitar el paso para digitalizarse y ser más eficientes”.
En un mundo cada vez más interconectado, donde las empresas se comunican las unas con las otras, el papel de la ciberseguridad cada vez es más fundamental. Las empresas se encuentran en un creciente proceso de transformación digital, conectando nuevos sistemas y sensores a los sistemas de producción, o desarrollando nuevos elementos que contribuyan a ello. Es el caso de Contazara, que desarrolla contadores inteligentes y software de telelectura.
Natalia Cebrián, directora de Calidad, Medioambiente y Salud de la empresa zaragozana explica cómo en sus inicios vieron que necesitaban estandarizar las especificaciones de sus contadores para cumplir la directiva europea y fue cuando UNE les ayudó. “Las normas que hace UNE no son una moda, es algo que va a permanecer en el tiempo. La implantación de una norma de este tipo puede dar confianza a las empresas digitales a través de sus productos y sus servicios a una tercera parte, que puede ser un cliente o una parte interesada”, explica Cebrián.
Facilitando la consecución de los ODS
Las normas UNE relacionadas con la transformación digital de la empresa facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que proporcionan un lenguaje común y criterios medibles, basados en el conocimiento, consenso y colaboración que requiere este reto global.
Así, los estándares de UNE ayudan a conseguir el ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura y el ODS 11 Ciudades y Comunidades Inteligentes, entre otros.
Normas, la llave de las exportaciones para las empresas eléctricas
La estandarización supone un motor para la exportación de energía eléctrica y una herramienta estratégica para acceder a los mercados internacionales. El 80% del comercio mundial está sujeto a estándares, facilitando los intercambios comerciales. Las normas tienen beneficios económicos, suponiendo de media hasta el 5% de los ingresos por ventas de las empresas. Para el conjunto de la economía española, los estándares ya suponen el 1% del PIB.
El lenguaje que hablan los mercados mundiales. Así pueden definirse las normas, que se convierten en llave de acceso para las empresas a las exportaciones y la internacionalización.
La normalización no solo contribuye a crear mercados transparentes y globales, sino que también es una herramienta de inteligencia competitiva para el acceso de los productos y servicios de las empresas a los mercados exteriores.
Instituciones de todo el mundo, como la Organización Mundial del Comercio o la Comisión Europea, reconocen el papel de las normas en apoyo al comercio exterior. La Asociación Española de Normalización, UNE, cuenta en su catálogo con cerca de 33.000 normas técnicas. De ellas, más del 75% son adopción de normas europeas y el 35% son normas internacionales, lo que favorece la internacionalización. Además, un 73 % de los estándares del catálogo UNE están en español, lo que facilita un lenguaje común en el universo hispanohablante.
En este sentido, formar parte de UNE significa pertenecer a la mayor red de influencia y decisión en el ámbito de la normalización. UNE representa al único organismo de Normalización de España y es el interlocutor nacional y socio español de los organismos de normalización europeos CEN, CENELEC y ETSI e internacionales ISO e IEC.
Su papel ahí se basa en llevar la voz de los expertos españoles a los foros internacionales de normalización en los que se elaboran normas clave para su competitividad, defender los intereses de los sectores, facilitar los acuerdos de Libre Comercio, eliminar las barreras técnicas y contribuir a la cooperación internacional. Todo ello contribuyendo a mejorar la marca España, ofreciendo productos y servicios de calidad.
Las normas tienen beneficios económicos, suponiendo de media hasta el 5% de los ingresos por ventas de las empresas. Para el conjunto de la economía española, los estándares ya suponen el 1% del PIB.
Este papel fundamental de las normas en el acceso a la exportación de las empresas es clave para un sector como el eléctrico, eliminando barreras técnicas y marcando unos requisitos de seguridad y confianza.
Además, las normas del sector eléctrico proporcionan garantías de seguridad y de cumplimiento legislativo. Así, es fundamental garantizar un suministro eléctrico seguro y que cumpla con unos estándares de calidad establecidos.
7.750 normas UNE en el sector eléctrico
El sector eléctrico tiene un destacado peso en el catálogo de normas técnicas español. Así, existen unas 7.750 normas relacionadas con este sector en un sentido amplio, lo que supone más del 23% del total de estándares del catálogo de UNE.
¿Sabías que el 75% de las normas eléctricas son internacionales?
Los estándares eléctricos son la llave de acceso al comercio internacional a través de la eliminación de las barreras técnicas. El 90% de las normas UNE relacionadas con el sector eléctrico son europeas, mientras que el 75% son también internacionales, facilitando las exportaciones a las empresas del sector.
Aumentar su competitividad. Ese es uno de los principales retos de las empresas españolas y, para lograrlo, la normalización se convierte en una herramienta fundamental. Una llave de acceso a los mercados nacionales, europeos e internacionales para los productos y servicios de las empresas de todos los sectores, pero en el eléctrico de una forma significativa. El 90% de las normas UNE relacionadas con el sector eléctrico son europeas, mientras que el 75% son también internacionales, lo que favorece la internacionalización y el acceso a los mercados exteriores a las empresas españolas.
Gracias a la estandarización elaborada por la Asociación Española de Normalización, UNE, junto con los principales actores, se construyen mercados transparentes y globales, eliminando las barreras técnicas al comercio. Esto contribuye a incrementar la capacidad de comercio exterior y la internacionalización de las empresas españolas. De hecho, el 80% del comercio mundial está sujeto a normas técnicas.
Para ello, UNE actúa en tres niveles: el nacional, el europeo y el internacional. Como organismo nacional de normalización, UNE contribuye activamente a incrementar la capacidad de comercio exterior y la internacionalización de las empresas españolas. Como miembro de los organismos europeos de normalización, UNE facilita el acceso al mercado único europeo a través de los estándares. Como representación española en los organismos internacionales, ayuda a desarrollar normas técnicas internacionales que favorecen la eliminación de barreras técnicas al comercio y el acceso al mercado global.
En este sentido, UNE favorece el clima de negocios de las empresas españolas en países de destino de sus exportaciones, dando soporte al Plan de Acción 2017-2018 de la Estrategia de Internacionalización de la Economía Española. Las normas recogen el consenso del mercado sobre las mejores prácticas en aspectos clave para la competitividad de las organizaciones, siendo el resultado de la labor conjunta de los sectores económicos y Administraciones.
Acceso universal a la electricidad gracias a la normalización
Las normas técnicas desarrolladas por UNE en materia de Baja Tensión y Corriente Continua (LVDC) para el acceso a la electricidad, son un claro ejemplo de cómo los estándares eléctricos abren mercados y ayudan al desarrollo de un sector como es el eléctrico.
En este caso, UNE promueve la participación de expertos españoles en el Comité Internacional de IEC SyC LVDC, Corriente continua de baja tensión para el acceso a la electricidad, cuyos objetivos están centrados tanto en economías desarrolladas como en países de desarrollo.
En el primero de los casos, los estándares internacionales proporcionarán la base técnica necesaria para que los fabricantes puedan desarrollar productos de corriente continua seguros y sirven de guía para los instaladores de este tipo de sistemas. Además, gracias a las normas relacionadas con LVDC, se contribuye a mejorar la eficiencia energética, a reducir la huella de carbono y a la utilización directa de gran cantidad de energía sin pérdidas en su conversión.
Para los países en desarrollo, los estándares eléctricos son fundamentales para el acceso a la electricidad que permita el desarrollo inclusivo de todas las comunidades.
En ambos casos las normas internacionales facilitan el amplio despliegue y aplicación de las tecnologías LVDC, lo que acelera su comercialización y abre nuevos mercados para la industria española.
Una gran ayuda para conseguir los ODS
Las normas UNE relacionadas con el sector eléctrico facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que proporcionan un lenguaje común y criterios medibles, basados en el conocimiento, consenso y colaboración que requiere este reto global.
Así los estándares eléctricos contribuyen a lograr la gran mayoría de ODS, siendo el más importante el ODS 7 sobre energía asequible y no contaminante.
Normas, la llave de acceso a las licitaciones en obras públicas
Las normas facilitan a las Administraciones públicas la elaboración de pliegos y a las empresas acceder a las licitaciones. Más de 2.000 normas UNE de construcción están citadas en la legislación, constituyendo una garantía de cumplimiento legislativo, seguridad y calidad.
Las garantías de una buena edificación u obra pública vienen dadas por tres ejes fundamentales: un buen proyecto, una buena ejecución y las prestaciones de los materiales. Cada uno de estos aspectos presentan diferentes grados de regulación, y están afectados por disposiciones reglamentarias diversas, tanto a nivel nacional como europeo, cuyo objetivo no es otro que el de ofrecer una garantía de la seguridad y la fiabilidad de las obras de construcción.
En este sentido, la normalización supone una herramienta fundamental para la industria de la construcción y los materiales. Más de 2.000 normas elaboradas en el seno de la Asociación Española de Normalización, UNE, relacionadas con la construcción se encuentran citadas en la legislación correspondiente, siendo en muchas ocasiones de obligado cumplimiento, garantizando de este modo el cumplimiento con los requisitos reglamentarios. Asimismo, como documentos de aplicación voluntaria en el mercado cuando no se encuentran citados en legislaciones concretas, su cumplimiento demuestra el compromiso de la industria de la construcción con la calidad, la seguridad y el respeto al medioambiente.
La aplicación de los estándares garantiza las prestaciones de los materiales y, por tanto, que contribuyen adecuadamente a que se cumplan los requisitos exigidos a las obras de construcción como el aislamiento térmico, acústico, la impermeabilización, la seguridad de uso o la estabilidad.
Un fácil acceso a la licitación de obra pública
Las normas facilitan a las Administraciones públicas su labor legisladora, la implantación de políticas públicas y también la elaboración de pliegos de condiciones de las licitaciones de las obras públicas. A las empresas, el uso de normas en los pliegos les ayuda en el cumplimiento de los requisitos en ellos exigidos facilitando su acceso a los concursos públicos.
Un ejemplo claro es el caso de la constructora FCC, que ha llevado a cabo una de las mayores obras que se han licitado, como es el metro de Riad, en Arabia Saudí. Su Director de Calidad, RSC e I+D+i, Antonio Burgueño, destaca la importancia de la normalización para poder tener acceso a este tipo de licitaciones: “estamos en un mundo en el que tenemos que hablar el mismo idioma con todas las partes interesadas y la única manera de hablar el mismo idioma es con la normalización”.
De hecho, las normas técnicas son el lenguaje que hablan los mercados internacionales; el 80% del comercio mundial está sujeto a ellas, facilitando las exportaciones y la internacionalización de las empresas españolas.
No solo para el acceso a los concursos y a la licitación de obra pública, también para la ejecución de los trabajos la existencia de estándares facilita la colaboración de todas las partes involucradas. “La normalización es tan importante y facilita tanto el acceso a los mercados universales que en los lugares en los que de hecho la cultura es tan absolutamente distinta, como por ejemplo Riad, la normalización nos ha permitido trabajar como en casa”, explica Burgueño.
Estándares y ODS
Los estándares UNE relacionados con el sector de la construcción facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, ayudan a conseguir el ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura. Además, facilitan la consecución de los ODS 11 sobre ciudades inteligentes, 12 sobre producción y consumo responsable y 13 de acción por el clima, por destacar algunos.
Estándares, llave de la accesibilidad en la construcción
España es un referente mundial en normas técnicas sobre accesibilidad universal. Esto es gracias a la labor que la Asociación Española de Normalización, UNE, ha realizado de la mano de los principales interlocutores del sector, como la Fundación ONCE, el CEAPAT o el real Patronato sobre Discapacidad. El primer estándar internacional sobre accesibilidad en el entorno construido, ISO 21542, fue impulsado por el organismo español de normalización, que a su vez gestiona los trabajos europeos de accesibilidad del entorno construido y de accesibilidad TIC, así como los internacionales de turismo accesible.
La Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad de diciembre de 2006 es uno de los grandes motores de las políticas internacionales de apoyo a la accesibilidad. En este sentido, en 2017 la Unión Europea reconoció la inclusión de las personas con discapacidad como uno de los veinte pilares europeos de los derechos sociales. Son solo ejemplos de cómo las políticas públicas apoyan la accesibilidad universal y es ahí donde juega un papel fundamental la estandarización.
Se entiende como accesibilidad universal el diseño de productos, entornos, programas y servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni de un diseño especializado.
La consideración de las necesidades de las personas con discapacidad, bajo el enfoque del diseño universal y del envejecimiento activo, encuentra en la normalización una herramienta eficaz para la implementación de soluciones de accesibilidad, como condición imprescindible para la igualdad de oportunidades.
Apoyo de los estándares a la accesibilidad
Según el INE, en España el 8,5% de la población es discapacitada. Así lo indica en la última encuesta ‘Discapacidad, Autonomía de Personas y situaciones de Dependencia” publicada por el INE en 2008. A esto se suma que más de 5 millones de edificios en España no son accesibles y que 1,2 millones carecen de ascensor, según la Federación Empresarial Española de Ascensores.
La Asociación Española de Normalización, UNE, a través de sus Comités Técnicos de Normalización, trabaja para reducir estas desigualdades y contribuir al desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles. En la actualidad existen 140 normas en el catálogo de UNE sobre Accesibilidad Universal. UNE trabaja desde hace casi dos décadas en el impulso de normas de accesibilidad. Por ejemplo, las primeras normas UNE 170001 de criterios DALCO y de sistema de gestión de la accesibilidad, o la UNE 41512 de accesibilidad de playas, se publicaron en 2001.
Además, UNE, a través de su participación en los comités técnicos europeos e internacionales, lidera la estandarización en el campo de la accesibilidad en el entorno construido. La Norma internacional ISO 21542, publicada en 2011, es considerada, por este motivo, un referente, habiendo sido impulsada por el organismo español de normalización. Además, UNE lidera, junto a Fundación ONCE, la que se convertirá en la primera norma europea de accesibilidad del entorno construido (futura EN 17210), así como la que será la primera norma internacional de turismo accesible (próxima ISO 21902). UNE también gestiona los trabajos de la norma de accesibilidad TIC, EN 301549, que da soporte a la Directiva de Accesibilidad Web y al RD 1112/2018.
Contribución de las normas a los ODS
Las normas UNE relativas a la accesibilidad contribuyen decididamente a conseguir numerosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, el ODS 10 sobre reducción de las desigualdades, el ODS 11 relativo a ciudades y comunidades sostenibles, el ODS 3 sobre salud y bienestar o el ODS 4 Educación de calidad, así como los ODS 8 trabajo decente y crecimiento económico; 9 industria, innovación e infraestructura; 16 paz, justifica e instituciones sólidas y 17 sobre alianzas para lograr los Objetivos.
¿Cómo prevenir accidentes en la construcción?
La seguridad laboral es un aspecto crítico dentro del sector de la construcción. Los estándares desarrollados por la Asociación Española de Normalización, UNE, aportan las herramientas para mejorar las condiciones de seguridad de los trabajadores de las empresas. Es el caso de la Norma ISO 45001, elaborada por 100 expertos de más de 70 países, que llegaron a un consenso sobre las mejores prácticas en la seguridad y salud en el trabajo.
Cinco personas pierden la vida cada 15 segundos por accidentes laborales o enfermedades relacionadas con su puesto de trabajo. Son más de 2,7 millones de personas al año. La cultura de la seguridad y salud en el trabajo (SST) en las organizaciones españolas experimentó un impulso tras la aprobación en 1995 de la primera ley de prevención de riesgos laborales (PRL). Desde entonces se han producido importantes avances, en los que la estandarización ha contribuido a través de la creación de normas técnicas. Se trata de aportar herramientas de gestión para las organizaciones con un objetivo: contribuir a mejorar las condiciones de seguridad de los trabajadores de las empresas.
En 2018 se dio un paso más en esa dirección. ISO (Organización Internacional de Normalización), de la que es miembro español la Asociación Española de Normalización, UNE, publicó la Norma ISO 45001 que desarrolla un sistema de gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo. Esta ayuda a todas las empresas y organizaciones a mejorar progresivamente su entorno laboral, optimizando la referencia que existía hasta el momento, conocida como OHSAS 18001.
La Norma ISO 45001 fue elaborada por 100 expertos de más de 70 países, que llegaron a un consenso sobre los requisitos que debe cumplir un sistema de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo.
La normalización en materia de seguridad y salud en el trabajo se encuentra en continua evolución para dar respuesta a los nuevos retos. La filosofía actual de prevención de riesgos laborales en la construcción se centra en las personas, trascendiendo del ámbito laboral al personal. Desde UNE se trabaja para ayudar a las organizaciones para adaptarse a este nuevo marco, desarrollando las normas técnicas internacionales y adaptando su aplicación al territorio nacional. Esa labor se realiza desde el Comité Técnico de Normalización CTN 81, desde donde además se ofrecen importantes herramientas en prevención de riesgos laborales a las organizaciones. El CTN 81 tiene un catálogo de 539 normas, de las que un 50% tratan sobre equipos y sistemas de protección del trabajador.
Un hito especialmente importante en el sector de la construcción, donde en los seis primeros meses de 2019 se produjeron más de 35.100 accidentes laborales, unos 4.000 más que en el mismo período del año anterior, según datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. La mayoría de los accidentes mortales que se producen en empresas de construcción, un 41%, son debidos a caídas en altura de las que 3 de cada 10 son caídas desde un andamio.
Ahí es donde radica la importancia de la estandarización en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo, que tiene como fin último la reducción de accidentes laborales y del riesgo de que éstos se produzcan. Los estándares ayudan a identificar y corregir los riesgos de los diferentes puestos de trabajo, evitando accidentes y enfermedades. Pero, además, la aplicación de las normas técnicas ayuda a las empresas a reducir costes con un ahorro ligado a la disminución de la siniestralidad.
Todo ello repercute, además, en un mayor compromiso de los trabajadores, motivados por trabajar en una organización que se preocupa por su salud y seguridad; y a que la imagen de marca de cara al exterior sea notablemente mejor.
Estándares y ODS
Los estándares UNE relacionados con la seguridad y salud en el trabajo facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, ayudan a conseguir el ODS 9 sobre industria, innovación e infraestructura. Además, facilitan la consecución del ODS 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico.