Más de 700 normas UNE apoyan la competitividad y la eficiencia energética. Por ejemplo, la aplicación de la Norma UNE-EN ISO 50001 consigue generar a las empresas un ahorro sistemático de hasta el 30% del coste energético. 9 de cada 10 organizaciones que utilizan la norma la recomiendan.
Realizar una misma actividad, pero con un menor consumo de energía. Eso es lo que tradicionalmente se entiende como eficiencia energética, un concepto reconocido en la actualidad como fundamental en la búsqueda de la sostenibilidad. Así se sustrae, por ejemplo, de los compromisos de la Unión Europea para 2030, que establecen como meta una mejora del 27% en la eficiencia energética para ese año. Ligado a este objetivo, la UE ha desplegado una legislación que afecta a los países miembros y que va destinada a mejorar en este ámbito.
Esa legislación europea tiene su aplicación en España en el Real Decreto 56/2016 que regula la eficiencia energética en lo referente a auditorías energéticas, acreditación de proveedores de servicios y auditores energéticos, así como la promoción de la eficiencia del suministro de energía.
La normalización desarrollada en la Asociación Española de Normalización, UNE, ayuda a las empresas a cumplir con los criterios mínimos exigidos, y les permite mejorar para ser empresas más eficientes, lo que en última instancia se traduce en un ahorro de costes. Existen más de 700 normas UNE en el catálogo de normas español que apoyan la competitividad y eficiencia energética.
Por ejemplo, la Norma UNE-EN ISO 50001 del Sistema de Gestión de la Energía. La aplicación de esta Norma ha conseguido generar a las organizaciones un ahorro sistemático de entre el 5% y el 30% del coste energético, según un balance realizado por la Organización Internacional de Normalización (ISO). 9 de cada 10 organizaciones que utilizan esta norma la recomiendan y el 95% de los usuarios dice que la norma le ayuda a identificar las actividades que consumen más energía.
Auditorías energéticas
Según el Real Decreto 56/2016 las grandes empresas o corporaciones tienen la obligación cada cuatro años, de someterse a una auditoría energética. Estas auditorías deben cubrir “al menos el 85% del consumo total de energía final del conjunto de las instalaciones ubicadas en el territorio nacional que formen parte de las actividades industriales, comerciales y de servicios que dichas empresas y grupos gestionan en el desarrollo de su actividad económica”.
Aquellas empresas que cumplen las normas de UNE, como la serie de Normas UNE-EN 16247 y la UNE-EN ISO 50001, tienen ya mucho camino avanzado. El fin último de estas auditorías es ofrecer recomendaciones de mejora y aplicarlas en objetivos concretos. En este sentido, existe un paralelismo entre los contenidos técnicos que deben cumplir las auditorías energéticas y las normas UNE.
La normalización puede ayudar a convertir estas obligaciones en oportunidades para reducir la factura energética y, con ello, mejorar la competitividad.
Estándares y ODS
Los estándares UNE relacionados con la eficiencia energética facilitan a las organizaciones la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Por ejemplo, ayudan a conseguir el ODS 7 que busca garantizar el acceso a una energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos. Además, facilitan la consecución del ODS 13 sobre acción por el clima.